Un balance superficial, aunque no por ello falso, nos permite verificar que el enemigo sigue activando sus múltiples rostros en el continente hispanoamericano.
Uno de ellos el encarnado en Evo Morales, presidente aborigen que hace de su etnia una militancia: la del indigenismo posmoderno. De éste se sirve el otro rostro, esto es, el de las finanzas liberales, concentradas, avaras y elitistas.
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