"Toda la sociedad se desarrolla en torno a una idea que básicamente es hipócrita. Tenes que ser lo que los demás quieren que seas, no lo que sos. Por eso todo se vuelve falso, ficticio.
Se mantiene la distancia incluso en la amistad.
Permitís a los demás que se acerquen sólo hasta un cierto punto. Si alguien se acerca demasiado quizá pueda ver detrás de tu máscara. En el mundo que uno está viviendo hasta ahora, las mayorías de las personas son falsas y mentirosas.
Mi visión del nuevo hombre es la de un rebelde, la de un hombre que está buscando su ser original. Un hombre que está preparado para renunciar a todas las máscaras, todas las pretensiones, todas las hipocresías, y mostrarle al mundo quién es en realidad.
No importa que te amen o te critiquen, te respeten, te honren o te difamen, que te coronen o te crucifiquen; porque la mayor bendición que hay en la existencia es ser vos mismo. Aunque te crucifiquen vas a seguir estando satisfecho e inmensamente complacido.
Solo un hombre de verdad, un hombre sincero, un hombre que conoce el amor y la compasión comprende que la gente está ciega, inconsciente, dormida, espiritualmente dormida.
Ellos están condicionados hace tanto tiempo, tantos años, toda su vida, que deshacerse del condicionamiento también les va llevar un tiempo. Se cargaron con toda clase de ideas falsas, mentiras.
Les va llevar un tiempo renunciar a ellas, reconocer que son falsas y ficticias. En realidad, en cuanto te das cuenta de que algo es falso no es difícil renunciar a ello. Cuando reconoces lo falso como falso se cae por su propio peso. Basta simplemente con reconocerlo. Se rompe tu conexión, tu identidad. Y cuando desaparece lo falso, aparece lo verdadero con toda su novedad, toda su belleza.
Porque la sinceridad, es belleza.
La honestidad, es belleza.
La autenticidad, es belleza.
Simplemente ser vos mismo es ser bello"
Ricardo Iorio
No hay comentarios:
Publicar un comentario