...Alguien
lo convenció a Néstor que los alimentos se están transformando en un
elemento tan estratégico como la energía, que dividirá al mundo entre
"los que tienen alimentos y los que no tienen alimentos" y provocará
guerras.
Esa debe ser la verdadera razón por la que Kirchner salió a comprar campos a través de testaferros (La compra de una de las estancias más grandes de Santa Cruz por parte de Lázaro Báez) y
a liquidar a los pequeños y medianos productores con las retenciones
para concentrar la propiedad de la tierra y las decisiones de
producción, precio y exportación.
Los pocos que lo rodean dicen que pasó de ignorar al campo a pretender saberlo todo y a su modo, es decir, evitando la lectura de todo manual probado por la experiencia.
Parece
que Kirchner dice que los pequeños productores liderados por la
Federación Agraria son "idiotas útiles" utilizados por la derecha que
pretende quedarse con la producción nacional de granos para dominar la
Argentina.
Los
que lo escuchan por estos días no saben si está loco o realmente
convencido, pero la única información que escucha es la que confirma
sus presunciones, y cualquiera que pretenda llevarle otra lógica se
transforma en un enemigo directo al que hay que eliminar.
Sus propias huestes empezaron a mirarlo raro. De a poco, comienzan a alejarse, aunque sin musitar palabra. Es como un rey trastornado, del que uno podría reírse despanzurrado, sino fuera porque todo lo que está sucediendo es demasiado trágico.
Para Kirchner, el largo plazo llegó. Habrá guerras en el mundo, y tal vez empiecen en el interior de la Argentina.
Si no quieren producir como él dice, no producirán nada y producirá él mismo.
Ya aprendió cómo hacerlo. No es tan difícil, asegura. Y uno que lo
escuchó se está preguntando si no estarán yendo demasiado lejos.
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