LA VERDADERA HISTORIA: NO OLVIDAR
La masacre de Der Yassin, génesis sangrienta del régimen sionista de ocupación en Palestina
Hoy se cumple un nuevo aniversario de una de las masacres más cruentas y poco conocidas de la historia. Se trata de la matanza de Der Yassin, un crimen que por sus características e implicancias políticas jamás debe caer en el olvido.
Empezaremos diciendo que Der Yassin era una pequeña aldea palestina ubicada a 3 kilómetros al oeste de Jerusalén, que para el año 1948 no llegaba aún a los 800 habitantes.
La población estaba compuesta por familias de pacíficos agricultores que se dedicaban al cultivo de granos, vegetales, frutas y aceitunas. Como buenos musulmanes, tenían su mezquita, a la cual los hombres siempre concurrían a orar.
Desde hacía tiempo padecían la ocupación inglesa, pero sabían que a su patria habían comenzado a llegar miles de sionistas que, inspirados por el proyecto delineado por Teodoro Herltz, querían usurpar su territorio para fundar un nuevo "Estado". Lo que la aldea no sabía es que estaba en la mira de estos terroristas, y que serían atacados por una banda liderada por un soldado despiadado que haría luego una exitosa carrera en el régimen israelí, Menahem Begin.
Fue en la noche del 9 de abril del año 1948 cuando, bajo instrucciones expresas de la Jewish Agency, guerrilleros sionistas ingresaron a Der Yassin y desataron una carnicería en la que mataron a más de la mitad de la población. El objetivo era instalar el miedo entre los palestinos para lograr forzar la entrega de territorios y crear Israel.
El ataque
Los sionistas se habían dividido en tres grupos: "Aragón Tsfai Leumi", dirigido por Begin, "Shteren" y "Haganah", al mando de Yenshorin Sheif. Cuando cayó la noche del 9 de abril se parapetaron en las afueras de la aldea a la espera de la orden de ataque. La misma fue recibida a las 2 AM del día 10.
Los grupos irrumpieron violentamente en Der Yassin, con carros blindados y llamando a la población por altoparlantes. Entraron por el sur y a través de los amplificadores le dijeron al pueblo: "Vayan al oeste, camino al pueblo de Ein Karem, y no les pasará nada". Los inocentes agricultores, temerosos y crédulos, les hicieron caso y se encaminaron a su muerte.
Cuando ya se encontraban en las calles, los palestinos vieron a los paramilitares que se dirigían hacia ellos de entre las penumbras de la noche, y fue entonces cuando comenzaron a recibir ráfagas de metralla. El pánico se apoderó de la aldea. Los sionistas no tenían piedad, mataban a sangre fría a hombres, mujeres, ancianos y niños. Entraban a las casas de aquellos que intentaban refugiarse y colocaban granadas para destruirlas. La aldea se transformó en un infierno, un infierno perpetrado por la dirigencia sionista mundial.
Zseifi Ankory, miembro de Haganah, destacó luego en su parte: "Entré a 6 o 7 casas. Ví aparatos genitales arrancados, vientres de mujeres abiertos y machacados. A juzgar por las señales de los cadáveres, fueron matados directamente con cuchillos". Los cuchillos eran una de las armas favoritas de los guerrilleros sionistas. Con ellos degollaron a los más jóvenes y a las mujeres "para no gastar balas".
En total masacraron a más de 400 personas, y la prensa internacional de la época intentó ocultar las cifras. El diario The New York Times, al hacer referencia al tema, primero lo minimizó y dijo que "habrían muerto" 254 personas. Apenas 40 aldeanos pudieron escapar. El resto tuvo que esconderse entre las ruinas, pues los fanáticos los buscaban para matarlos y no dejar más testigos.
Al respecto, Jack de Reine, observador de la Cruz Roja Internacional, elaboró un contundente informe que también reproducimos en forma completa en esta nota. Un relato posterior de este funcionario da una visión meridiana de lo que allí aconteció: “Los judíos rechazaron ayudarme y protegerme, vestían uniformes verdeolivo y usaban cascos, todos sus miembros eran jóvenes y adolescentes, varones y hembras, estaban armados con metralletas, rifles, granadas; tanto sus armas como sus uniformes estaban llenos de sangre, éste era el grupo encargado de asesinar a los sobrevivientes”.
El grupo Haganah fue el que debía enterrar los cuerpos de las víctimas. Su jefe, Yenshorin Sheif, recordaba con sarcástica alegría el sangriento acontecimiento: “aquel día primaveral era maravilloso, los árboles de almendra estaban llenos de flores, pero por todos los lados venía el olor desagadable de los cadáveres que enterrábamos en la fosa común, y se veía el destrozo del pueblo”.
Como mencionamos antes, la Cruz Roja intentó entrar enseguida a la aldea, pero los paramilitares pretendieron impedírselo.
Der Yassin fue para el sionismo una "victoria". Se ufanaba de haber masacrado a un pueblo indefenso, se vanagloriaba de haber matado a niños y mujeres, de haber dejado en ruinas a una laboriosa aldea agrícola cuyo único "delito" era ser Palestina. Esta barbarie fue el génesis de Israel, y el mismo Menahem Beguin, del cual hablaremos a continuación, señaló años más tarde: "lo que ocurrió en Der Yassin y su divulgación ayudó a triunfar en batallas decisivas y allanó el camino al futuro".
Y fue así. Antes del 15 de mayo, mientras aún Palestina estaba bajo dominio inglés, los guerrilleros sionistas ocuparon varias ciudades más y terminaron produciendo el éxodo de 3 millones de palestinos. Luego, con la ayuda anglosajona, el sionismo logró en ese mismo 1948 que la ONU diera el visto bueno a la constitución de Israel.
Menahem Beguin, el jefe de la masacre
Una mención especial merece la figura de quien lideró el ataque a Der Yassin. Menahem Beguin no fue un simple fanático sionista, sino que se transformó en uno de los líderes de Israel gracias a su espíritu despiadado, alimentado por un odio criminal.
Nacido en 1913 en Polonia, ya a los 16 años se enroló en el movimiento sionista Bethar, organización paramilitar cuya misión era "defender la judeidad en Polonia". En 1938 terminó por convertirse en cabecilla de la banda, que reunía a unos 70.000 miembros.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue detenido temporalmente por autoridades soviéticas, pero sus buenos contactos con sionistas rusos lo libraron pronto de su encierro en Siberia. En 1941 se alistó en el denominado "Ejército Libre Polaco", y en 1943 encontró una excusa para ir junto con sus secuaces a Medio Oriente. Al llegar allí tomó contacto con el grupo clandestino Irgun, que estaba levantándose en armas contra la administración inglesa y la población palestina en pos de la invención de Israel. Beguin se salió del ejército polaco y comenzó a realizar atentados para Irgun. Sus métodos eran tan violentos y aberrantes que incluso chocó con Ben Gurión, otro conocido sionista autor de innumerables crímenes de lesa humanidad.
Der Yassin fue en la "foja de servicios" de Beguin un antecedente de alta importancia para los israelíes. En la década del ´50 fundó el partido Jerut, que posteriormente se convertiría en el Likud.
En 1977 Beguin se convirtió en primer ministro del régimen sionista de ocupación. Irónicamente, en 1978 este criminal obtuvo el Premio Nobel de la Paz.
Tras esto, el "guerrero de la paz", como lo llamaba la prensa, ordenó en 1982 la invasión al Líbano. Su ministro de Defensa era Ariel Sharon, y su última acción de gobierno fue otra masacre, la de Sabra y Shatila. Tras este crimen, Beguin no pudo mantenerse frente a la comunidad internacional y debió dimitir. Murió en 1992 a los 79 años, sin haber pagado por todos sus delitos contra la Humanidad.
Informe especial de la Red Kalki
-NOTA ADJUNTA-
El informe especial
de la Cruz Roja sobre la
masacre de Der Yassin
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