viernes, 31 de marzo de 2006

Revelan los vínculos entre la "mafia rusa" y los independentistas chechenos

Lider exiliado checheno pro-puting culpa al Kremlin de saber que el magnate israeli Berezovsky financiaba a las bandas rebeldes

Moscu
25-2-2006

El magnate ruso-israeli Boris Berezovsky y el lider chechenon Ramzan Kadyrov. Los judios arman y financian siempre a los dos bandos, siempre que no sean contrarios a sus intereses, como hicieron en la guerra civil española, de ahi que al final siempre salgan ganando ellos.


El primer ministro checheno acusó en un acto al oligarca Boris Berezovsky de financiar a militantes chechenos en los años 1990. Ramzan Kadyrov, hijo del presidente checheno asesinado Akhmad Kadyrov, dijo el martes que Berezovsky había transferido millones de dólares para militantes, con el fin de comprar armas y municiones, según divulgó la agencia de noticias de Interfax. Hablando en un encuentro con el Comisionado de Derechos humanos de las Naciones Unidas Louise Arbour, Berezovsky reunió numerosos a líderes y tuvo gran cantidad de encuentros con militantes chechenos a los que les propuso un esquema de financiación.

Según Kadyrov, Berezovsky dijo a los militantes "no puedo darles el dinero directamente, es por eso que les propongo secuestrar a ciudadanos rusos y tropas en Chechenia, y pagaré millones de dólares en el aspecto de un rescate”. Él culpó a los lideres de varios países de ocultar a grupos armados ilegales. Kadyrov dijo que uno de aquellos líderes, Akhmed Zakayev, que vive en un exilio británico, había financiado el ataque terrorista que mató al padre de Kadyrov el 9 de mayo de 2004. "Un millón de dólares fueron asignados por Akhmed Zakayev para organizar un ataque terrorista contra el Presidente Akhmad Kadyrov", dijo el hijo del presidente muerto. Berezovsky también vive en Gran Bretaña tras cobrar por el fraude y ser puesto en la lista federal rusa de buscados.

Pero ya anteriormente, fue un periodista ruso, Serguei Zhinstein, que trabajaba para Moskovsky Komsomolets14. el que publicó una transcripción de una presunta conversación entre el magnate Boris Berezovsky y varios comandantes chechenos en la que se habría negociado el comienzo de la segunda guerra en Chechenia. El citado periodista publicó, además, una serie de artículos contra el Ministro de Interior, Vladimir Rushailo. Fue detenido en Chechenia y encerrado en un hospital psiquiátrico, tal y como se hacía en la Unión Soviética con los disidentes de cualquier tipo.

Otros oligarcas “rusos” tambien cooperan con la Casa Blanca y son su caballo de Troya en el plan de debilitar a Rusia y, de paso, a la misma Europa. Los vínculos entre la mafia rusa y los independentistas chechenos, que suministran de armas y estupefacientes a los mercados negros desde el Cáucaso hasta los Balcanes, están probados. El 6 de marzo de 2002 Pravda demostraba que el magnate Boris Berezovsky estaba financiando a Basaiev y el defraudador ruso-israeli encarcelado Mijail Jodorkovsky, aliado de los tambien judios Rothschild y Kissinger.

Oligarcas rusos, mafia chechena y trafico de drogas

Según Paul Klebnikov -director de la edición rusa de la revista Forbes, recién asesinado-, una de las bandas más sanguinarias que operan en Moscú es la mafia chechena. Aliados con millonarios rusos y por medio de ellos con el sistema de seguridad ruso, sus capos acumulan grandes fortunas que lavan en bancos occidentales mediante extensas redes con sus operativos en Chechenia. Todo checheno que proteste o critique a la mafia es eliminado con rapidez. Para esos mafiosos, Chechenia es "el hogar base", el santuario donde siempre podrían encontrar refugio seguro. La mafia chechena fue esencial para financiar y dotar de líderes y cuadros de elite al "movimiento independentista" de su país. En juego estaba la creación de un feudo de la mafia, controlado por gángsteres, señores de la guerra y fundamentalistas islámicos.

A propósito de la primera guerra chechena (1994-96), Paul Klebnikov escribió: "La guerra chechena fue una disputa en gran escala por territorio entre gángsteres. Los grupos del crimen organizado checheno en Moscú y otras ciudades rusas mantenían subsidiarios en su patria ancestral. Chechenia era un punto clave de tránsito en el comercio ruso de narcóticos, y los gángsteres que operaban en Moscú enviaban gran parte de sus ganancias a esa tierra. Los mismos oficiales rusos de seguridad que patrocinaban el crimen organizado checheno en Moscú también patrocinaron al gobierno de esa república, al permitirle apropiarse de millones de toneladas de petróleo ruso a poco o ningún costo". (Godfather of the Kremlin, Padrino del Kremlin, Harcourt 2000, p. 40.)

Klebnikov añadió que los señores de la guerra y gángsteres chechenos recibieron armas de comandantes corruptos del ejército ruso y de las fuerzas de seguridad (p. 41). A la pregunta de quiénes son las fuerzas políticas de la autodeterminación en el caso de Chechenia, la respuesta es: los gángsteres, los señores de la guerra y terroristas extremistas como Shamil Basayen, Salman Raduyev y fundamentalistas como Movladi Udugov. Entre 1995 y 1997 el notorio oligarca ruso-israeli Boris Berezovsky mantuvo estrecha relación con esos señores de la guerra chechenos (Klebnikov, p. 261). Hoy comparten absoluta hostilidad hacia el presidente Putin y su intento de controlar el crimen y el saqueo.

Con el fin de obtener un remedo de "legimitidad" para su feudo, esos caudillos provocaron un conflicto con Rusia y procuraron el apoyo europeo y estadunidense. Desde finales de los ochenta, pero en particular después de 1991, la CIA concedió la mayor prioridad a fomentar la ruptura con la Unión Soviética, financiando y armando a movimientos separatistas locales. La primera ola de separaciones tuvo lugar en Kazajstán, Uzbekistán y Georgia. A Washington y Londres les daba absolutamente lo mismo que los nuevos líderes fueran fundamentalistas islámicos, autócratas ex estalinistas o jefes mafiosos: lo importante era destruir la Unión Soviética y minar la influencia rusa en el Cáucaso y el sur de Asia.

Después de la "independencia" de esas ex repúblicas soviéticas, Estados Unidos se apresuró a crear regímenes clientes, firmar contratos petroleros y construir bases militares. La "autodeterminación" fue un lema transitorio de la rápida incorporación a la nueva zona hegemónica de Washington. Rusia, bajo el imperio del gobernante cliente Yeltsin, accedió a todas esas adquisiciones estadunidenses "aconsejadas" por los gángsteres, multimillonarios de la mafia y los oligarcas más corruptos de la historia reciente.

Mosnews.com y otras fuentes:

Traduccion y Fuente

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